AEROS, UN MUNDO NUEVO - CAPÍTULO 1: LA GRAN BOLA.
Buenas noches. ¡Bienvenidos a los Informativos del canal 1!
Se avecina un meteorito que viene con una gran potencia a nuestro hogar, la Tierra.
Se estima que caerá en el mar Mediterráneo, en la costa del Sol.
Los malagueños que nos estén viendo. Por favor, abandonad vuestro hogar y dejad lo que estéis haciendo...
Horas más tarde, en el mismo canal:
Estamos analizando de que material está compuesto el meteorito, pero es poco común. Algunos científicos creen que es una nave o algo por el estilo.
Faltan 2 horas para que se precipite en el mar de Alborán. El impacto puede provocar un gran tsunami que puede llegar al mismo centro de Málaga.
¡Por precaución, repetimos una vez más...
Abandonad vuestro hogar y coged todo lo necesario!
El gobierno ha abierto el gran búnker de la ciudad para vuestra disposición. Se construyeron en todas las provincias españolas por cualquier extraño atmosférico o cualquier amenaza.
¡ABANDONAD!
Se avecina un meteorito que viene con una gran potencia a nuestro hogar, la Tierra.
Se estima que caerá en el mar Mediterráneo, en la costa del Sol.
Los malagueños que nos estén viendo. Por favor, abandonad vuestro hogar y dejad lo que estéis haciendo...
Horas más tarde, en el mismo canal:
Estamos analizando de que material está compuesto el meteorito, pero es poco común. Algunos científicos creen que es una nave o algo por el estilo.
Faltan 2 horas para que se precipite en el mar de Alborán. El impacto puede provocar un gran tsunami que puede llegar al mismo centro de Málaga.
¡Por precaución, repetimos una vez más...
Abandonad vuestro hogar y coged todo lo necesario!
El gobierno ha abierto el gran búnker de la ciudad para vuestra disposición. Se construyeron en todas las provincias españolas por cualquier extraño atmosférico o cualquier amenaza.
¡ABANDONAD!
Málaga estuvo vacía aquel día. Todos los viernes: los bares llenos; los centros comerciales llenos; los parques llenos; y la calle Larios... Ese día para algunos fue el día del Juicio Final. Para otros un simple meteorito que no iba causar daño alguno.
En cambio, la familia de Carlos opinaba que la vida tiene muchas pruebas y que hay que superarlas.
El primer aviso hizo que su familia se encaminara al misterioso búnker, el cual, nadie sabía de su existencia.
Llegaron los primeros. El gran búnker se encontraba cerca de la playa de la Malagueta y no se veía a simple vista.
Unos policías nacionales les guiaron y fueron hacia un edificio abandonado.
Había un agujero en medio del garaje de lo que era antes, posiblemente, un hotel.
Una gran alcantarilla con un puertecilla conducía a otra puerta, pero no una cualquiera, un gran portón de unos quince metros de alto y no se cuántos de ancho.
Carlos frunció el ceño, no sabía a lo que se iba a enfrentar de nuevo.
Entonces se abrió...
Los policías nacionales les desearon suerte, que estuvieran tranquilos y que iban a ser informados en cuánto suceda algo.
El gran búnker constaba de un pasillo con unas quinientas mil puertas. Carlos pensó que era para cada una de las familias malagueñas.
Escucharon una voz y Lucy, la hermana pequeña de Carlos se asustó.
-Buenas tardes familia número cuatrocientos mil quinientos ochenta y cinco -la voz era parecida a la de Siri del iPhone- se os van a entregar unas tarjetas para identificar a cada miembro, un kit primeros auxilios y una llave para poder abrir vuestra puerta.
Repito, entonces, cuatrocientos mil quinientos ochenta y cinco...
Ramón, el padre de Carlos, opinó que cómo se las había apañado el gobierno para construir esa ciudad.
-Cariño, al menos estamos salvados de cualquier peligro -aclaró Pepa, la madre de Francisca que es la esposa de Ramón.
Francisca, conocida como la Paca, encajó la llave por la puerta que les correspondía.
Era una auténtica señora casa por dentro.
Había cinco habitaciones con los nombres de cada uno: la primera de matrimonio, la segunda de la viuda Pepa, la tercera de Carlos, la cuarta de Lucy y la quinta era para invitados... No entendieron la utilidad de esa habitación.
También había un baño; una cocinilla; y un salón sin televisión, pero con una gran estantería llena de libros de todos los gustos.
Era una auténtica señora casa por dentro.
Había cinco habitaciones con los nombres de cada uno: la primera de matrimonio, la segunda de la viuda Pepa, la tercera de Carlos, la cuarta de Lucy y la quinta era para invitados... No entendieron la utilidad de esa habitación.
También había un baño; una cocinilla; y un salón sin televisión, pero con una gran estantería llena de libros de todos los gustos.
La familia se había llevado de su casa, las cosas necesarias: la ropa y un poco de comida. No cogieron nada más, ya que a la Paca le iba a dar un infarto si no se iban de una vez.
Aquella noche apenas durmió. Carlos cogió un libro de la estantería que se había empezado hace tiempo. Trataba de las aventuras de un pequeño juguete que cobró vida por arte de magia y buscaba el por qué de que los gigantes, los humanos, los compraban.
De repente, escuchó a su hermana Lucy sonándose los mocos, y luego a su abuela Pepa, un ahogado grito...
Aquella noche apenas durmió. Carlos cogió un libro de la estantería que se había empezado hace tiempo. Trataba de las aventuras de un pequeño juguete que cobró vida por arte de magia y buscaba el por qué de que los gigantes, los humanos, los compraban.
De repente, escuchó a su hermana Lucy sonándose los mocos, y luego a su abuela Pepa, un ahogado grito...
Fue a la entrada donde se encontraba el salón.
-Señora no se preocupe. Piensa que usted está bien y ya está. Nosotros nos encargaremos de daros más noticias.
Con vosotros, el policía Ramiro y muy buenas noches -cerró la puerta tras de sí apresuradamente.
Lucy le había contado que la Gran Bola (el nombre que le había puesto la ciudad malacitana al meteorito) le quedaba diez minutos aproximadamente para caer en el centro del mar de Alborán.
-Señora no se preocupe. Piensa que usted está bien y ya está. Nosotros nos encargaremos de daros más noticias.
Con vosotros, el policía Ramiro y muy buenas noches -cerró la puerta tras de sí apresuradamente.
Lucy le había contado que la Gran Bola (el nombre que le había puesto la ciudad malacitana al meteorito) le quedaba diez minutos aproximadamente para caer en el centro del mar de Alborán.
No sabían a qué se enfrentaban, solo sabían que nada iba a ser como antes...
Wow
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