AEROS, UN MUNDO NUEVO - CAPÍTULO 2: LA HUIDA.

El tiempo dentro del búnker se le hacía eterno a la familia Abad. Elena solo sabía que todo había ocurrido demasiado rápido. Estaban en la puerta cuatrocientos mil quinientos ochenta y cuatro...
Le parecía un lugar bastante inapropiado para su familia.
-Elena, no te quejes más -repitió Andrea, su madre, por enésima vez- da gracias a Dios todopoderoso que estás sana y salva.
-Ese todopoderoso que tu dices nunca nos ha ayudado -Elena no se lo pensó dos veces cuando lo dijo- las cosas las hacemos...
-¡BASTAAAAA!
Lucas, el padre de Elena, siempre ha sido un hombre tranquilo, prudente y demasiado paciente. Aquella fue la primera noche en la que gritó, por lo menos que recuerde Elena.
Andrea, tocada y hundida, se marchó..
Se encerró todo el día en su nueva habitación.     
Hacía dos días que habían llegado al gran búnker y, sin embargo, no les habían informado de noticias sobre La Gran Bola. Este, ya famoso, meteorito había generado un pésimo estado de ánimo en todas las familias malagueñas.
El caso es que hace tres semanas que cayó (o eso creen todos, ya que no hay ventanas) y los policías no les informaron de nada. Málaga era un gran desconocido ahora mismo...

Residentes de España no temáis por el estado de la provincia malagueña... 
Los que tengáis familiares y amigos allí están protegidos en el búnker: consta de casas creadas para estos tiempos oscuros como los que están viviendo desde hace una semana...
Esta gran ciudad se ha inundado hasta la plaza de la Merced y los profesionales están trabajando en cómo solucionarlo. Un día les bastaran...
Los científicos más cualificados han ido a la provincia para estudiar la Gran Bola y todavía no se sabe gran cosa, ya que está bajo del mar...

Lucas estaba harto de la misma noticia del canal 1. Estaba a la espera de cómo estaban los supervivientes que se encuentran en el búnker... No sabía nada de su mejor amigo y pretendía coger su motocicleta para ir a Málaga.
Tenía dieciséis años recién cumplidos como su amigo. Se llevaban algunos meses solo...
-Hijo, en estos momentos no está permitido el paso... -tragó saliva y continuó- Además, aquí en Cádiz estamos bien protegidos...
-Yaaa... Supongo que a ti no te importa el estado de Carlos... -gritó a su padre.
-¡Lo que me importa es que estés bien, porque soy tu padre y debes saber una cosa... A mi me importa mucho Carlos, es como mi hijo! -Eduardo gritó aún más fuerte que su único hijo.
Lucas se fue a la cama después de que lo hiciera sus padres. 
Tenía planeado lo que iba a hacer: preparó una mochila con una botella de agua, algo de comida, dos conjuntos de chándal y unos libros. A eso de las dos de la madrugada cogió su moto y se marchó rumbo a la desconocida Málaga.

La Paca estaba amargada en la casa que les habían dado: la cocina le parecía demasiado pequeña.
Al menos hay alimentos variados en la nevera -pensó. Su marido Ramón colaboraba en la cocina junto a su mujer y, según los demás ocupantes de la casa, la comida estaba riquísima.
Carlos pasaba los días leyendo: se había terminado el libro del juguete y ahora estaba con uno de fantasía urbana.
La cosa es que no habían salido de la casa nunca. Se hacían muy aburridos y largos los días, salvo a Lucy y su abuela que jugaban a las palabras encadenadas.
-Alberto -comenzó Pepa.
-Tomate.
-Tecnología.
-Gia... 
-¡Tiempo!
-No es justo, no hay ninguna palabra que empiece por gia -protestó Lucy.

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO: LUCAS LLEGARÁ A SU DESTINO, EL METEORITO NO ES LO QUE TODOS PENSABAN Y EL BÚNKER DARÁ UN CAMBIO...

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